martes, 16 de septiembre de 2025

Entrevista en Abordajes

 https://youtu.be/TYsyCr4FnIs

viernes, 12 de septiembre de 2025

Es posible, pero ¿se quiere?


                                      Es posible, pero ¿se quiere?

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 1011)

 

“Como si hubiera una región en que el Ayer pudiera ser el Hoy, el Aún, el Todavía”. Jorge Luis Borges

 

Una vez más, las encuestas no pudieron pronosticar la magnitud que tendría la ventaja del peronismo sobre la oferta libertaria en la Provincia de Buenos Aires, eterna víctima sacrificial. Con las cifras del escrutinio, y como pasó a muchos, me fui a dormir el domingo en un estado de depresión. Ya con el desayuno, mi animó cambió a medida en que analicé el resultado de esos comicios, estrictamente locales pero nacionalizados por exclusiva torpeza del Gobierno federal. Pensando en octubre, cuando se votará con boleta única, lo que facilita la fiscalización, concluí que La Libertad Avanza puede ganar, pero siempre y cuando haga algunos deberes indispensables.

 

Deduje que los grandes perdedores fueron Cristina Fernández, Máximo Kirchner y, en menor medida, La Cámpora. Axel Kiciloff, que desdobló las elecciones contra los deseos de su madre putativa, la venció en el territorio que supo ser su bastión indiscutido; fue patético verla bailar, en soledad, en el balcón de la casa donde cumple su prisión domiciliaria. En esa victoria tuvieron relevancia los intendentes que movilizaron su aparato electoral para proteger sus concejos deliberantes, de los cuales depende su supervivencia. ¿Harán lo mismo en octubre, cuando ya no corren riesgos?

 

Con eso, Kiciloff se posicionó como candidato del peronismo para las presidenciales de 2027. Si insistiera en esas aspiraciones, otorgaría una enorme ventaja al mileísmo, puesto que sus colegas, también esforzados cuidadores de sus feudos, lo detestan con alma y vida; cada uno de ellos cree tener un bastón de mariscal en su mochila, y veo improbable que aceptaran seguir a este nefasto personaje.

 

También creo que la enorme diferencia que obtuvo sembrará el pánico a un regreso al trágico pasado en la enorme masa de electores de todo el país que, pese a los enormes sacrificios que realizaron hasta hoy, optaron por no concurrir a votar en las elecciones provinciales de este año o que, yendo, eligieron a otras expresiones políticas o lo hicieron en blanco para manifestar su rechazo a las escatológicas formas discursivas del Gobierno, a su injustificada vocación por pintar todo el país de violeta, ignorando a todos cuantos hubieran podido ayudarlo y, sobre todo, al uso y abuso de la motosierra en temas socialmente sensibles.

 

Pero, claro, para llegar a ello Milei debería hacer importantes cambios en su equipo de campaña y, sobre todo y en la medida en que el escaso tiempo disponible – sólo 43 días – no permitirá concretarlo ahora, explicar (su comunicación ha sido pésima hasta hoy) con una claridad tal que permita que el mensaje sea entendido por todos, cómo hará su equipo para que, a partir del 10 de diciembre, los innegables logros macroeconómicos permeen hasta la tan golpeada micro, ese universo visible y palpable en que muchos apenas sobreviven con sueldos y jubilaciones insuficientes, con muy restringida actividad y, consecuentemente, con casi nula oferta laboral.

 

A una semana del sopapo recibido en las urnas, el Gobierno parece haber desperdiciado la lección. No sólo ha mantenido a los armadores políticos – esa suerte de “Armada Brancaleone” que integran Karina Milei, Sebastián Pareja y la dupla “Lule” y Martín Menem – sino que ha insistido en el veto a gastos irrelevantes, como el Garrahan, y en su actitud frente a los gobernadores que pueden ayudarlo en este trance. Las habilidades del nuevo Ministro del Interior, Lisando Catalán, serán puestas a prueba por éstos, que exigirán generosidad presupuestaria por la vía de la obra pública y los famosos ATN, pero el Presidente debiera asumir lo indispensable que resultará su apoyo, no sólo para ganar las elecciones legislativas, sino para bloquear cualquier iniciativa destituyente – que sin duda las habrá si el Gobierno es derrotado nuevamente en octubre – y contar con las leyes que le permitan  remover las principales rémoras del desarrollo nacional, con las esenciales reformas a la legislación laboral, a los sistemas impositivo yl previsional y al peso enorme de la burocracia estatal, siempre con bisturí.

 

Donald Trump quedó una vez más descolocado en el tablero geopolítico mundial, ya que Rusia lanzó, con drones y misiles, una grave agresión a Polonia, o sea, a toda la OTAN, acercando así el horroroso escenario de extensión de la guerra a Europa, una preocupación que ha llevado a Francia y Alemania a poner en alerta a todos sus hospitales. Y tal como se preveía, el fin del exageradísimo estado de bienestar - al que se habían acostumbrado tantas sociedades de ese continente - en razón del obligado incremento del gasto en defensa, está provocando la violenta insurrección de los afectados.

 

Por su parte, Israel atacó Qatar, donde se ubica la mayor base aeronaval de los Estados Unidos en el Indico y negociador clave en los permanentes conflictos que se suscitan en Medio Oriente, para intentar matar a importantes miembros de Hamás, además de continuar con sus justificados bombardeos a los hutíes de Yemen, que tanto hostilizan al comercio marítimo internacional en el Mar Rojo. Tampoco contribuyen a mejorar el panorama global los sucesos de Nepal - que, aún siendo un Estado irrelevante, afectaron los intereses de China, que tenía allí un gobierno de aliado fuerte sesgo de izquierda en una región en la cual Corea del Sur, Japón, Filipinas, Nueva Zelanda y Australia le impiden ser hegemónica –, donde los participantes de las protestas por el bloqueo oficial de las redes sociales llegaron a quemar viva a la mujer del Primer Ministro, ni el asesinato de Charlie Kirk, importante líder de la juvenil derecha trumpista en una universidad de Utah.

 

Bs.As., 13 Sep 25

viernes, 5 de septiembre de 2025

Hora de Preguntas


 

                   Hora de Preguntas

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 1010)

 

“Los malos, sin duda, han comprendido algo que los buenos no saben”.

 Woody Allen

 

Salvo contadas excepciones, todos los argentinos – incluidos aquellos negadores de los latrocinios y desastres cometidos por el kirchnerismo – hemos hecho enormes sacrificios desde la asunción de Javier Milei como Presidente pero, entre mañana y el 26 de octubre, los pondremos en juego, con gran riesgo de haberlos desperdiciado. Aunque no creo en las encuestas porque han demostrado cuánto se equivocan, hoy parece que La Libertad Avanza perdería las legislativas de la Provincia de Buenos Aires – tal vez la principal víctima del sistema político montado ex profeso por el peronismo desde hace ochenta años – y, dado lo que se ha visto en las provinciales ya celebradas, tampoco puede garantizarse su triunfo en las nacionales.

 

Las tensiones que estas fechas traen aparejadas, como siempre sucede cuando los resultados son imprevisibles, se reflejan en las cotizaciones del dólar y, sobre todo, en el riego-país. Si bien es cierto, como bien dijo Juan Carlos de Pablo, que cada vez que alguien compra dólares es porque hay alguien que los vende – o sea, cada uno apuesta en sentido contrario – no lo es menos que la intervención del Tesoro para frenar la escalada produjo enorme inquietud en los operadores financieros, aquí y afuera, y el tembladeral no cesará hasta octubre, si es que no empeora.

 

Hace menos de dos años que elegimos a Milei, y lo hicimos a conciencia de que era un outsider que carecía de un partido organizado y de cuadros propios con los que ocupar las sillas más importantes del Estado. Sin embargo, ahora nos rasgamos las vestiduras cuando el Gobierno comete graves errores por inexperiencia política, exige el pensamiento único, se niega a explicar qué pasó con las sospechas de corrupción que lo afectan y, sobre todo, cuando llena los casilleros con los que se le arriman, aunque muchos tengan dudosa lealtad y un complicado pasado reciente.

 

Cuando hablo de traspiés me refiero, por supuesto, a elegir la motosierra y olvidar el bisturí para operar cuerdas socialmente tan sensibles como las jubilaciones, la discapacidad y el Hospital Garrahan, pero también al fracaso que significó entregarle el armado nacional a Karina Milei, que claramente carece de aptitudes para asumir esa responsabilidad, y a los primos Eduardo “Lule” y Martín Menem. ¡Nunca pensé extrañar tanto el profesionalismo de Santiago Caputo! Fueron innumerables las voces que alertamos acerca de cuán mal podía resultar la tentativa de pintar al país entero de violeta, mientras se insultaba con los peores epítetos y se dejaba al costado del camino a quienes piensan muy parecido y hubieran podido aportar expertise en la gestión administrativa; Corrientes fue el mejor ejemplo, pero hay más, como prueba la fuerte coalición de gobernadores.

 

Los más salvajes miembros de la oposición, como demuestran diariamente en el H° Aguantadero,  aliados a empresarios devaluadores y hasta al narco internacional, todos “ingenieros del caos”, están impacientes por cambiar el rumbo económico y regresar al pasado de déficits e inflación aunque signifique hacer saltar al país por el aire, no sólo porque atravesar el desierto resulta durísimo sino porque - se ilusionan - un final abrupto del período presidencial podría redundar en beneficios concretos para la situación penal de su lideresa, dado que saben que, con frecuencia, los vientos provenientes de la Casa Rosada han hecho girar las veletas que coronan el edificio de Comodoro Py. En la medida en que pretender destituir al Presidente por vía de un juicio político podría resultar infructuoso, me pregunto si no han elegido a su hermana como blanco móvil puesto que, creo, si le comieran esa pieza lograrían el jaque mate; la dependencia psicológica y la extrema simbiosis entre ambos podría habilitar un abrupto final.

 

El mundo, por su parte, genera otras inquietudes y amerita más preguntas. Ante el fortísimo despliegue aeronaval estadounidense frente a las costas de Venezuela con el declarado propósito de atacar el narcotráfico en el Caribe, que inequívocamente garantiza a Guyana la inviolabilidad de sus fronteras ante la pretensión de Nicolás Maduro de anexar el Esequibo, llama la atención por el abrumador silencio que, al respecto, mantienen Rusia y China; en especial porque se suma a la falta de reacción de ambos países cuando se produjo el ataque de EEUU a las instalaciones  nucleares de Irán, que amenazan a Israel, aún fuertemente protegido por Donald Trump.

 

¿No será, entonces, que la reciente y muy curiosa – por calificarla de algún modo - cumbre entre Donald Trump y Vladimir Putin en Anchorage, Alaska, fue en realidad un reparto de esferas de influencia entre ambas potencias? Si así fuera, no sólo ese silencio tendría lógica explicación sino que haría temblar tanto a Maduro, abandonado a su suerte por todos, cuanto a Corea del Sur y Taiwan – el gigantesco desfile militar del miércoles en Beijing, con la presencia destacada de Kim Jong-un fue una abierta advertencia a ambas – y a Vladimir Zelensky, que pasaría a contar sólo con el apoyo de algunos países de Europa, preocupados también por las expansivas ambiciones territoriales de Putin - también estuvo en la celebración china -,  empeñado en reconstruir la Gran Rusia a costa de sus vecinos. Los próximos movimientos en el tablero de TEG global despejarán muchas incógnitas.

 

Como se ve, los acontecimientos no dan respiro en la Argentina ni en todo el planeta; cuanto conocíamos, principalmente la paz en Europa y el sur de Asia y la organización del comercio internacional, ha desaparecido bajo nuestros pies, asentados ahora en arenas movedizas. Entonces, sólo nos queda rezar para que Dios nos escuche e impida que la humanidad se extinga en un pavoroso apocalipsis nuclear.

 

Bs.As., 6 Sep 25

viernes, 29 de agosto de 2025

El caro precio de los errores

 


El caro precio de los errores

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 1009)

 

“Las ideas más revolucionarias de nuestro tiempo empiezan siempre con la frase ‘érase una vez’”, Mark Lilla

 

Cuando escogí el nombre para esta columna semanal, lo hice pensando no sólo en la Argentina, como podría parecer, sino en este mundo tan complicado y violento en el cual unos cuantos nos obligan a vivir. Comenzaré, claro, por mi propio país, donde la violencia política está dejando huellas que nos retrotraen a unn penoso pasado, pero no dejaré de hacer un vuelo rasante sobre otras realidades, aún más difíciles y angustiantes.

 

El gobierno de Javier Milei está sacudido por el brutal golpe que significó la difusión de los presuntos audios atribuidos a Diego Spagnuolo, eyectado de su cargo como Director de la Agencia Nacional de Discapacidad, que implican nada menos que a Karina, la super hermana presidencial, en una trama horrible de corrupción que involucra a Eduardo “Lule” Menem y a su primo, Martín Menem, Presidente de la Cámara de Diputados. Ignoro, como todos, si esas grabaciones son verdaderas, aunque ilegales, o creadas artificialmente, pero han generado un terremoto que excede el ámbito político y se ha trasladado a la economía.

 

La forma en que que el Presidente y su círculo se han conducido – con la loable excepción de Guillermo Francos, Jefe del Gabinete de Ministros – ha sido pésima, pues su prolongado silencio ha dejado la sensación de que el Ejecutivo estaba groggie. No se tuvo en cuenta que la vara con la que esta gestión es medida es mucho más alta que la vigente en los mandatos peronistas como los de Carlos Menem y ambos Kirchner, precisamente porque la lucha contra la corrupción fue una de las principales banderas que la llevaron al triunfo.

 

Los argentinos, escaldados por dramáticas experiencias, sabemos que en los períodos preelectorales la cotización del dólar, nuestro habitual refugio, sube y arrastra al índice de precios; sin embargo, se podía presumir que, con las variables macroeconómicas ordenadas y con el claro apoyo de Washington, esta vez sería distinto. Pero este evento de filtraciones dañinas y la sucesión de derrotas legislativas que ha infligido al rumbo económico una oposición que busca interrumpir el mandato presidencial, aún a costa de la quiebra del país, han puesto en duda la segura victoria electoral el 7 de septiembre en la Provincia de Buenos Aires y, quizás, hasta en las nacionales del 26 de octubre, y eso espanta a propios y ajenos ante la probabilidad de un retorno del kirchnerismo, en cualquiera de sus repugnantes formas, al poder en 2027. Ese pánico disparó el riesgo-país, inviabilizando el acceso a los mercados voluntarios de deuda.

 

La falta de pericia del equipo económico, con su sideral suba de tasas de interés para frenar al dólar, contribuye a agravar el panorama al paralizar la actividad, y el pésimo manejo de las crisis derivadas de la pensiones por invalidez y del Hospital Garraham hacen lo propio en temas sumamente sensibles; en lugar de usar motosierra, en ambos casos se hubiera debido operar con bisturí para extirpar los innegables tumores.

 

De todas maneras, y sin pecar de “conspiranoico”, el episodio de los audios presenta algunas “casualidades” llamativas: la veloz denuncia penal formulada por el inefable Gregorio Dalbón, abogado de la condenada Cristina Fernández, permite pensar que estaba escrita de antemano; el Juez Sebastián “Tortuga” Casanello que repentinamente despertó del letargo que lo caracteriza; y un Fiscal, Franco Picardi, de Justicia Legítima, la organización que responde al camporismo, que solicitó y obtuvo decenas de órdenes de allanamiento en 24 horas; y la dosificación en la divulgación. Ojalá el Poder Judicial se moviera con esa celeridad en todos los casos, y no como ha sido hasta hoy, con causas importantísimas que duermen por décadas en los escritorios de jueces indignos de la toga – la causa por corrupción en la compra de YPF por los Eskenazi y sigue paralizada en el Juzgado de Ariel Lijo desde hace quince años, es sólo un ejemplo – ya que sólo con una Justicia independiente, eficiente y rápida tendremos seguridad jurídica, condición indispensable para que lleguen inversiones productivas que generen trabajo genuino.

 

En el orden internacional, los pavorosos ataques de Rusia a Ucrania y de Israel a Gaza de esta semana no han hecho más que demostrar lo alejado que está Donald Trump de entender qué pasa por las cabezas de Vladimir Putin y de Benjamin Netanyahu. Si pretendía, como aseguró en enero, terminar con ambas guerras en dos semanas, ya debería saber que se ha equivocado de medio a medio, y que no encontrará en esos escenarios bélicos méritos para recibir el premio Nobel a la Paz, con que tanto sueña. Lo mismo, pero más grave aún, es que su empeño en castigar a la India por comprar petróleo ruso producirá, como lógica consecuencia, que Narendra Modi no tenga otra alternativa que arrojarse en los expectantes brazos de Xi Jinping, para reemplazar con China al mercado de EEUU.

 

Y también haber aprendido que, con sus sanciones arancelarias, revocaciones de visas y movimientos de buques, aviones y tropas, sólo contribuye a reforzar la imagen pública de Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro, que han encontrado en ellas causas nacionales en las que envolverse de cara a sociedades hartas de ellos, como venían demostrando Brasil y Colombia, nuevamente acosada por el narcoterrorismo como hace décadas, como prueban el derribo de un helicóptero militar y el asesinato de un candidato. Ahora quien está amenazado es Nicolás Maduro, pero creo que sería un error intentar en Venezuela una operación militar, como la ejecutada en Panamá contra Manuel Noriega en 1990, para capturarlo.

 

El 19 de octubre se definirá el ballotage en Bolivia, que vive una complicada situación debido al reciente ataque lanzado a Rodrigo Paz, vencedor en la primera vuelta, por su propio candidato a Vicepresidente,  Edmond “Capitán” Lara, un ex policía de controvertido pasado y dudoso presente. Y el 16 de noviembre se dirimirán las presidenciales en Chile, con ballotage previsto para el 14 de diciembre; allí hoy aparecen como favoritos el retador de derecha, José Antonio Kast, contra Jeannette Jara, del Partido Comunista, vencedora en la primaria oficialista. Sabremos entonces si América del Sur habrá cambiado de signo político, enterrando al nefasto “socialismo del siglo XXI”.

 

Bs.As., 30 Ago 25


Publicado en:

https://diariocastellanos.com.ar/opinion/2025/08/29/el-caro-precio-de-los-errores.htm

https://totalnewsagency.com/2025/08/29/el-caro-precio-de-los-errores/

https://www.informadorpublico.com/el-caro-precio-de-los-errores/

https://prisioneroenargentina.com/el-caro-precio-de-los-errores/

https://www.notiar.com.ar/index.php/opinion/138260-el-caro-precio-de-los-errores-por-enrique-avogadro

viernes, 22 de agosto de 2025

Las Guerras del Poder



                                                Las Guerras del Poder

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 1008)

 

“Los países pobres lo son porque quienes tienen el poder toman decisiones que crean pobreza. No lo hacen bien, no porque se equivoquen o por su ignorancia, sino a propósito”. Daron Acemoglu y James A. Robinson

 

Como bien sabemos, la semana estuvo marcada por las tentativas de la oposición en insistir, en Diputados, en la sanción de leyes – en especial, el demagógico aumento de jubilaciones y pensiones – que fueron vetadas por el Presidente. Pese a que triunfaron en el tema de la discapacidad, no pudieron lograr algo similar en lo que al aumento en las prestaciones sociales – jubilaciones y pensiones – se refiere. Nadie puede discutir la necesidad de llegar a un momento en que quienes, después de aportar por treinta años al sistema previsional, perciban un emolumento que les permita vivir con dignidad y llegar con cierta comodidad a fin de mes.

 

Pero que sean precisamente quienes saquearon las cajas y expropiaron a las AFJP, destinando los fondos a atender los despilfarros del Estado quienes impulsaron la iniciativa sin explicar de dónde saldrían los recursos necesarios para financiar ese aumento sin poner en riesgo el superávit fiscal, no puede más que definirse como flagrante hipocresía; basta recordar, al respecto, que cuando era Presidente Cristina Fernández, vetó la aplicación del 82% móvil, aduciendo que implicaba la quiebra del Estado. En el Senado fue peor aún el caradurismo explícito porque, mientras derogaban cinco decretos firmados por Javier Milei, en uso de las facultades delegadas, que reducían la hipertrófica burocracia gubernamental, se auto-aumentaban los sueldos hasta superar los diez millones de pesos mensuales. Lo dejó claro, involuntariamente, la Senadora Anabel Fernández Sagasti, cuando sostuvo la posición de “Unión por la Plata” (sic) kirchnerista.

 

Claro que gran parte de la responsabilidad de los fuertes cachetazos que recibió en el H° Aguantadero corresponde atribuirlo al propio Gobierno que, en ocasión de los cierres de las listas para las elecciones legislativas de octubre, dejó tantos heridos innecesarios, es decir, impericia política pura, acentuada por la escasez de cuadros propios de la que adolece en todos los niveles y que le impide cubrir tantas candidaturas con alguna racionalidad. Le corresponde, asimismo, cargar con la factura derivada de la guerra interna que se libra dentro del universo de La Libertad Avanza, con los habituales “carpetazos”, propios y ajenos.

 

No tengo dudas de que este tipo de cosas seguirá ocurriendo al menos hasta octubre porque la desesperación del kirchnerismo ante una derrota - ellos mismos la dan por altamente probable - en la Provincia de Buenos Aires se vincula directamente con el horizonte carcelario que aterra a sus líderes más notorios.

 

En ese sentido, no resulta menor la tan sospechosamente oportuna – tanto como la antes desconocida hiperactividad del Juez Sebastián Casanello y del Fiscal Franco Picardi - tormenta generada alrededor de los presuntos audios de Diego Spagnuolo, ya ex Director de la Agencia Nacional de Discapacidad, de los cuales surgiría una trama de corrupción que afectaría a Eduardo “Lule” y Martín Menem y,  sobre todo, a “La Jefe”, Karina Milei. Mientras cierro esta nota, no he oído explicación alguna del echado funcionario ni de la Casa Rosada, aunque ya ha habido decenas de allanamientos que buscan determinar si se trata, o no, de un episodio similar al que dio origen a la causa “Cuadernos” que, a partir del 6 de noviembre, comenzará a ventilarse en juicio oral, con Cristina sentada en el banquillo, rodeada de centenares de cómplices y empresarios “expertos en mercados regulados”.

 

Quienes confiamos en Milei para sacar a nuestro país de la sima a la que nos arrojó el kirchnerismo, lo hicimos porque creímos en la libertad que proponía y en el combate contra la siniestra casta que emprendería. Pero, si las denuncias de irregularidades y coimas que comprometerían a la hermana del Presidente se comprobaran, la reciente esperanza de los argentinos, esos que aún en medio de este ajuste tan doloroso lo seguimos apoyando y – estoy convencido – lo llevarán a la victoria en octubre, se transformarán de inmediato en una nueva y dramática frustración. Y habríamos reencontrado el camino de decadencia infinita que inauguramos en 1946; que ese año sea, precisamente, el de mi nacimiento permite entender la angustia que siento. Conservo grandes esperanzas de así no sea.

 

En otras latitudes, disgustos similares deberían estar afectando – si su extraña personalidad lo permitiera – a Donald Trump ante la actitud de su presunto amigo Vladimir Putin, a quien recibió, en condiciones francamente humillantes para los Estados Unidos, en Anchorage la semana anterior. Nadie suponía que lo allí conversado saldría a la luz, pero los gigantescos ataques de Rusia a Ucrania de estos últimos días no hacen más que confirmar que quien reina en Moscú no tiene intención alguna de dejar de avanzar – y en el camino masacrar a la población civil – sobre Kiev y lograr la anexión de gran parte del territorio de la nación invadida, la remoción de Volodimir Zelensky y la entronización de un gobierno títere que olvide cualquier aspiración de incorporarse a la Unión Europea, ni qué decir a la OTAN.

 

Tampoco su otro amigo – y de Milei – Benjamin Netanyahu le da alegrías; no sólo no detiene el avance de sus tropas en la Franja de Gaza, con el consiguiente incremento del sufrimiento de la población civil, sino que implanta colonias israelíes en Cisjordania. Con ello, amén de dar razones a Hamas para no rendir sus armas ni liberar a los rehenes del 7 de octubre de 2023 que aún conservan la vida en medio de torturas, garantiza su propia permanencia en el poder, ya que ningún país cambia de gobierno en medio de un conflicto armado, y debe tener bien presente lo sucedido con Winston Churchill tan pronto terminó la II Guerra Mundial.

 

Otro escenario que se va enrareciendo por días es Venezuela, ante el despliegue aéreo y marítimo que está realizando Washington frente a sus costas con el argumento de controlar el narcotráfico que asola a la población estadounidense. El sanguinario tirano Nicolás Maduro, que tanto ha intervenido en otros países de la región – recordemos, por ejemplo, las muchas valijas de dólares Wilson para solventar campañas electorales en todo el subcontinente – hoy se rasga las vestiduras porque los “gringos” han puesto precio a su cabeza y calificado a sus “Tren de Aragua” y “Cártel de los Soles” como organizaciones terroristas.  

 

En cambio, un gran suspiro de alivio recorre gran parte de Sudamérica desde el domingo pasado, cuando el primer turno electoral de Bolivia, donde todas las encuestas se equivocaron una vez más, confirmó que Evo Morales – y todo lo que ello implica - no volverá al poder, aunque sectores del MAS apoyen a Rodrigo Paz Pereyra para triunfar en el ballotage de octubre.

 

Bs.As., 23 Ago 25 


Publicado en:

https://www.informadorpublico.com/las-guerras-del-poder/

https://totalnewsagency.com/2025/08/22/las-guerras-del-poder/

https://prisioneroenargentina.com/las-guerras-del-poder/

https://www.notiar.com.ar/index.php/opinion/138149-las-guerras-del-poder-por-enrique-avogadro

viernes, 15 de agosto de 2025

Convulsiones Continentales




                                            Convulsiones Continentales

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 1007)

 

“Si no estás en la mesa, Guillermito, estás en el menú”.

 Un empresario a Willy Kohan

 

Hoy, cualquier cosa que digamos sobre la reunión que mantuvieron ayer, en Alaska, Donald Trump y Vladimir Putin no podría ser más que una especulación; sólo nos enteraremos de la verdad acerca de qué fue negociado en ella con el correr de los días, observando cómo se comporta Rusia en el terreno de Ucrania, y cómo lo hace Estados Unidos en su relación con Ucrania en particular y con Europa en general.

 

Volodimir Zelensky, que se ha pasado la semana entera recorriendo las grandes capitales de la Comunidad Europea en pos de un respaldo militar y financiero que le permita continuar con la defensa de su territorio, hoy algo dudoso sobre todo por lo escaso de sus tropas en el terreno, se debe sentir como el pato de una boda a la cual no ha sido invitado.

 

De todas maneras, en un mundo – la diplomacia – en el que hasta los gestos tienen significado, y en especial en un sistema como el que rige en Moscú, donde nadie se atreve siquiera a respirar sin permiso del Presidente, la indumentaria que vistió Serguei Lavrov, su Canciller, para llegar a la cumbre – una camiseta con la sigla de la URSS en el pecho – constituyó una violenta marcación de la cancha a Trump, que tal vez hubiera ameritado que éste cancelara el encuentro.

 

Para el dignatario visitante, sin duda, la reunión fue un importante ascenso internacional, ya que de hecho lo llevó sin escalas a la gran mesa de las decisiones internacionales, una suerte de Yalta actualizada, equiparándolo al anfitrión y al ayer ausente Xi Jinping. Tampoco fue casual el lugar elegido para celebrarla, toda vez que Putin sólo debió volar los 87 Km que separan a su país del continente americano, ahorrándole los (imaginarios) riesgos que conlleva la orden de captura dispuesta por el Tribunal Penal Internacional que pesa sobre él.

 

Trump se mueve, como hemos visto desde que asumió su segundo mandato, en forma espasmódica, pero algunos datos siguen resultando curiosos o llamativos, si se quiere. Por ejemplo, ha impuesto serias sanciones arancelarias a India por comprarle petróleo y gas a Rusia, y dando el consecuente oxígeno financiero a su débil economía, un estado que la guerra misma ha ahondado. Sin embargo, no ha hecho lo mismo con China, que no sólo se comporta del mismo modo con su – por ahora – aliado de Moscú, a quien además suministra armas.

 

Para obtener un escurridizo cese del fuego en Ucrania, ha amenazado reiteradamente al “neo-zar” con embargar los activos en el extranjero de su país, de los principales magnates rusos y de sus empresas, pero no ha concretado nada. En cambio, después de prohibir a Chevron operar en la extracción de petróleo en Venezuela y levantar esa medida al poco tiempo, algo esencial para la catastrófica situación del país, aplicando la Ley Maginsky, sí ha confiscado bienes del dictador Nicolás Maduro por US$ 750 millones (casas, aviones, haras, etc.) en territorio estadounidense y en República Dominicana, además de ofrecer una recompensa de US$ 50 millones por su cabeza, imputándolo de narcotraficante.

 

Este jueves, por otra parte, Trump prácticamente ha militarizado la ciudad de Washington al ordenar al Ejército y a la Guardia Nacional patrullar las calles de la capital invocando la necesidad de devolverles una seguridad ciudadana que, a sus ojos al menos, ha perdido; y ha encomendado a la Armada desplegar numerosos buques en el Caribe, en un nuevo intento de detener el flagelo del narcotráfico en la zona.

 

En la región, la atención está centrada en Bolivia, donde mañana se sustanciará la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Todas las encuestas coinciden en que el segundo turno se disputará el 19 de octubre entre Samuel Doria Medina, de centro derecha, y Jorge “Tuto” Quiroga, de derecha. Si así fuera, habrán terminado los gobiernos del MAS, que encabezados por Evo Morales y Luis Arce Catacora, hoy mortalmente enfrentados, destruyeron la economía hasta sus cimientos. Pero no garantiza que el líder cocalero, con orden de detención por estupros reiterados, no resista violentamente desde su reducto en el Chapare.

 

Ese final implicará un enorme alivio, porque acabará con una de las grandes cabezas de playa – la otra, Venezuela – de Irán en la región y de sus milicias proxys, sobre todo Hezbollah, tan activas en la Triple Frontera y aliadas de las violentas organizaciones criminales brasileñas, Primeiro Comando Capital y Comando Vermelho, que tanto daño están causando en Paraguay, Argentina y hasta Uruguay, ya que utilizan la Hidrovía para exportar la droga e importar armas.

 

Ya en noviembre, los ojos continentales se centrarán en Chile, que el 16 de ese mes celebrará sus elecciones presidenciales – el 14 de diciembre se disputaría, de ser necesario, el segundo turno. Gabriel Boric, que viene muy golpeado por el desempeño económico, lleva como candidata oficialista a la comunista Jeannette Jara, y competirá contra sus principales adversarios de derecha, José Antonio Kast (Partido Republicano) y Evelyn Matthei (Vamos Chile); si alguno de estos últimos triunfaran, gran parte de la región habrá cambiado de color político, enterrando aquellos delirios mesiánicos de “Patria Grande”, pseudo socialista y ladrona, que soñaron Hugo Chávez, Néstor Kirchner, Luiz Inácio Lula da Silva y Rafael Correa.

 

Bs.As., 16 Ago 25

viernes, 8 de agosto de 2025

Hablemos en Serio



Hablemos en Serio

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 1006)

 

“En tiempos de crisis los inteligentes buscan soluciones y los inútiles, culpables”.

 Hiparco de Nicea

 

Quienes llevamos muchas décadas viviendo en este original país, Argentina, hemos visto pasar planes económicos que, de algún modo, se parecen al actual. Tuvimos pesos – y dólares - baratos o caros, protecciones absurdas a industrias incompetentes, cierres masivos de pyme’s, salarios razonables o de hambre, niveles de pobreza y miseria siempre crecientes, índices de inflación desconocidas en el mundo, etc..

 

Las diferencias con el que hoy impulsa Javier Milei son dos, esenciales y gigantescas: superávit fiscal y cero emisión. La oposición lo sabe y por eso apunta a esos pilares para destruirlas, aunque sepan que las ruinas caerán sobre todos los ciudadanos, en especial sobre los más pobres e indefensos, esos mismos a los cuales pretenden deslumbrar con promesas populistas para convocarlos a votar por quienes necesitan mantenerlos en la indigencia.

 

La actividad económica se está recuperando, aunque algunos sectores lo hagan con fuerza y otros aún caen. Mientras mantengamos este perverso régimen impositivo, con gobernadores e intendentes que imaginan cada día como exprimir más al sector productivo, este sistema laboral y sindical heredado del fascismo, una infraestructura vial destruida que implica mayores costos de transporte, y complicidad entre los jueces del trabajo y abogados “caranchos” para otorgar indemnizaciones imposibles y desmesuradas, seguirá siendo harto difícil ser empresario aquí.

 

Muy a nuestro pesar, la realidad indica que, sobre una población de 48 millones, quienes hoy pueden consumir son muy pocos, lo cual impide una producción de gran escala. Sin embargo, los industriales en general se han situado en una errada posición, optando por vender – salvo honrosas excepciones - dentro de las fronteras, cazando en el zoológico y pescando en la bañadera, y ello los obliga a hacer incalculables esfuerzos por cuidar ese territorio, esa ‘quintita’ privada. Para conservarlo, o al menos intentarlo, deben recurrir a exigir protecciones, traducidas éstas en barreras arancelarias y para-arancelarias, invocando la necesidad de cuidar los puestos de trabajo.

 

Sin embargo hoy, nuevamente, la realidad los ha traicionado, y se ven enfrentados a competir contra nuevos actores, gigantes como China y Brasil, que producen a precios imbatibles. ¿Qué hacen entonces? Nuevamente piden barreras aduaneras, aún a costa de que el competidor levante similares defensas contra los productos primarios argentinos, e intentan sobreproteger a su sector. Con ello, sólo tendrán éxito en impedir que los más humildes puedan acceder a productos buenos y baratos.

 

Y aquí vienen la reflexión, la comparación y la sugerencia. ¿Por qué insistir en competir contra países que, por costos internos y por dimensión de mercado pueden exportar a precios sensiblemente inferiores a los nuestros? Esa pretensión, totalmente insana, equivale a imaginar a Francia o a España intentando competir, en los mercados mundiales, contra la carne argentina o la soja brasileña. Si nuestro país no tiene un mercado considerable, ¿por qué pretender sustentar en él la supervivencia de industrias que no competitivas a nivel mundial?

 

Utilizando sólo como ejemplo a la industria del calzado (aunque sea igual en la textil, la de indumentaria y muchas otras), recordemos que quien quiera comprar un buen par de zapatos italianos o ingleses deberá pagar US$ 800 o más, se nos plantearán otros interrogantes. Si Italia o Gran Bretaña no tienen suficientes cueros para atender a la demanda de su industria, ¿por qué, si Argentina los tiene, no sale a competir contra esos países vendiendo en el exterior productos de igual calidad pero sensiblemente más baratos? Nuestros costos laborales son muy superiores a los orientales, pero sensiblemente inferiores a los europeos; y podemos producir cueros curtidos y trabajados a menor precio que Europa. ¿Por qué no producir zapatos muy buenos y de muy buen precio, que fabricar zapatos relativamente baratos y de baja calidad? ¿No sería mejor que todos los ciudadanos pudieran calzarse con zapatos importados y pagar menos?

 

No recuerdo haber leído jamás acerca de protestas de los fabricantes italianos o británicos de zapatos contra la invasión por China o Brasil de sus ‘territorios’. Y no lo recuerdo porque no las ha habido. Y no las ha habido porque, simplemente, no tienen intereses contrapuestos. Dentro de Italia o del Reino Unido, tanto como en el resto de los países del mundo que han abierto su economía, existen sectores dispuestos a pagar fortunas (y capaces de hacerlo) por los zapatos de lujo, y otras franjas de mercado que, mal que les pese, sólo pueden acceder a calzados baratos. Los fabricantes locales de esos países han diseñado su producción para atender al mercado de altísima calidad, tanto interno cuanto externo, y no tratan de jugar en el sector de bajo consumo.

 

¿Por qué no hacer algo parecido en la Argentina cuando la guerra de aranceles de Donald Trump nos favorece y, además, eso implica agregar valor a las exportaciones? Todavía los industriales están a tiempo de modificar su conducta y adecuarla a los nuevos tiempos que vive el mundo. Si no lo hacen, los vientos de apertura y la libre competencia los obligarán a pagar esa factura cerrando sus empresas y, con ellas, a los trabajadores que hoy dicen querer proteger y, en realidad, perjudican al extremo.

 

Bs.As., 9 Ago 25